jueves, 21 de mayo de 2009

Entrevista a Mario Benedetti

ENTREVISTA:


Me gustaría que empezaras por recordar tu vida en el momento en que escribiste La tregua. ¿Por qué esa historia difícil de imaginar en un escritor joven? ¿Qué edad tenías cuando la escribiste?
No tan joven. Ya estaba casado. Tendría 25.
Hoy estarías saliendo de la adolescencia. ¿Cómo fue, entonces, que se te ocurrió esa historia?
Yo trabajaba en las oficinas de Piria, donde estuve 15 años. Entré como pinche y llegué a gerente. En una época tenía tres empleos, y Luz también trabajaba. Claro que entonces uno podía conseguir los tres empleos. En un momento, siendo yo oficial de contaduría, mi jefe, viudo desde hacía un tiempo -un tipo muy bien, muy macanudo y muy calmo-, empezó a comportarse con una alegría de vivir que en él era desconocida. Un día yo le digo "Pero don Diego, ¿qué le pasa que está tan bien últimamente?".
Él, para vos, era un viejo. ¿Qué edad tiene Santomé?, ¿cincuenta?
Más o menos cincuenta. Cuando le pregunto me dice "Vamos al café, te voy a contar". Fuimos. "Estoy enamorado", me dice. "Pero el problema es que esta muchacha tiene la mitad de mis años. Tiene 26. ¿Qué voy a hacer?" "¿Por qué no se casa?", le digo yo.
Y volvió a enviudar.
Eso pasa en la novela. En la vida pasó lo que era lógico, él murió antes que ella.
Me explicaste alguna vez que Avellaneda debía morir para que ese amor no fracasara.
Sí. Para evitar el fracaso había que matar a Avellaneda. Cuando salió la novela, unas cincuenta mujeres hicieron una reunión en un apartamento de Pocitos, a la que me invitaron. Allí me reprocharon que hubiera matado a Avellaneda. Yo les decía que la había matado en beneficio de la historia de amor. En 15 años Santomé iba a ser un viejo, tal vez moriría. Qué triste. Más o menos las convencí.
Tu visión, en ese momento, era que tal diferencia de edad indefectiblemente terminaba con el amor. ¿Pensás hoy lo mismo?
Hoy tenemos muchos ejemplos en contrario. Picasso, Alberti, Casal, Borges.
¿Cómo era Montevideo en la época de la novela?
Estábamos en el auge del empleo público. La familia para considerarse familia debía tener un miembro empleado público.
Estaba aquella frase tuya donde decías que Uruguay era la única oficina del mundo que había alcanzado la categoría de república. Tus poemas de la oficina también son buenísimos. Pero no eras empleado público.
Era, sí. Antes de trabajar en Piria trabajé cinco años en la Contaduría General de la Nación. En esa época, para despedir a un empleado público creo que debían reunirse las dos cámaras. Tenía que haber desaparecido con el tesoro de la nación o matado al jefe de la oficina. Despedir era casi imposible. El empleo público era la seguridad. Y este país era el país de la seguridad. La gran palabra era esa. Hasta que vino la dictadura y todo eso se fue al demonio. Echaron, nombraron a dedo.
La tregua fue la primera novela que escribiste.
No, la primera fue Quién de nosotros, donde la historia está relatada desde tres lugares diferentes. Son tres versiones de una relación de pareja.
Una especie de Rashomon.
Puede ser, era la época. Hay un marido que escribe su diario, una mujer que escribe al marido una larga carta donde le dice que se va con su amigo, el de él, y finalmente, está la versión del amigo -que era escritor- y hace un cuento sobre la relación con la mujer, pero con notas al pie de página donde contradice todo lo que aparece ocurriendo en el cuento.
A Onetti le gustaba mucho esa novela.
Sí, cuando la leyó me llamó y me dijo "Me echaste a perder una novela que estaba escribiendo con la misma técnica".
En Quién de nosotros tenés una estructura que facilita el camino. En cambio en La tregua te enfrentás a uno de los difíciles problemas que se le plantean al novelista: desde dónde se cuenta la historia, quién la cuenta.
Con La tregua barajé varias posibilidades. Que contara un narrador en tercera persona, pero me pareció que para que el tema tuviera la comunicación y el calor necesarios tenía que ser el protagonista quien contara. Santomé, él sería el mejor instrumento.
Era, además, a través de él que te había llegado.
Claro, aunque yo lo cambié mucho a él, y a las circunstancias de su vida. Le adjudiqué tres hijos, decidí que uno fuera homosexual. Un día, años después -Fiorello, mi compañero de oficina, ya había muerto-, me encontré con el único hijo que tenía. Me dijo "¿Cómo lo metiste al viejo en la novela?". Yo nunca lo había dicho. Pero ellos se dieron cuenta.
¿Conociste a quien luego llamaste Avellaneda?
Sí, la conocí. Físicamente no tenía nada que ver con el personaje. Y en el resto no sé. La edad sí era la misma.
En La tregua hay otros personajes.
Esos son inventados. El amigo que viene del exterior, que me permite alguna alusión a lo político. En ese momento la situación política empezaba a mostrar fisuras. Había que hacer alguna referencia. Pero además había que meter algún personaje, describir alguna situación que pusiera un poco de aire en el relato, que lo sacara de la encerrona total. La novela no podía circunscribirse al mesurado y sobrio idilio de Santomé con Avellaneda.
En ese momento ya habías escrito cuentos. Montevideanos, por ejemplo; una novela, Quién de nosotros, y poesía. Poesía seguramente desde chico.
Sí, desde la infancia. Las primeras las escribí en alemán porque iba al Colegio Alemán.
Qué curioso que tu padre siendo italiano te mandara al Colegio Alemán.
Mi padre era químico y por ese lado admiraba mucho a los alemanes. Pero, estando yo en el último año de primaria, un día llego a casa y le digo "¿Sabés, papá? A partir de mañana cuando el profesor entre a clase tenemos que saludarlo así, con la mano levantada". Mi padre me dijo "Te quedan 15 días para terminar sexto. Vas a ir esos 15 días pero secundaria no la vas a hacer ahí". Estaba indignado.
Sería el año 32.
Sería. Hindenburg era el presidente de Alemania y Hitler el primer ministro.
Volviendo a tu novela. Santomé, a menudo, se encuentra con Avellaneda en un café. ¿Es alguno de los cafés que conocemos?
Sí, es ahí en el café que se le declara. El café es el Sorocabana de 25 de Mayo. Allí escribí la novela.
No se me hubiera ocurrido. No te veo escribiendo en un café. ¿Dónde te sentabas para escribir?
En una mesa cualquiera. Nadie me conocía. Si fuera ahora, imaginate. Pero en esa época era lo único posible. Tenía dos horas al mediodía. En lugar de irme a Malvín y volver en el 142, me iba allí, pedía un refuerzo, un café y escribía.
A mano, claro.
Sí, a mano. Después la pasaba en la Olivetti. Varias veces, porque corrijo mucho.
¿Qué corregís?
La historia queda. Cambio frases.
La vez pasada me dijiste que habías tirado una novela entera. Y añadiste que cuando corregís siempre es borrando, nunca agregando.
Sigo la receta de Rulfo que decía "La mejor autocrítica es el hacha".
Conrad no lo dice así pero dice algo parecido, cuando proclama la austeridad, la necesaria sequedad del texto.
Yo te voy a decir una cosa. No entiendo bien el éxito de La tregua, tiene más de 150 ediciones. No creo que sea mi mejor novela.
¿La mejor sería Gracias por el fuego?
Tampoco. Yo creo que la mejor que escribí es La borra del café. Es la única que en algún sentido es autobiográfica. O que por lo menos lo es en el envase, pues el protagonista es totalmente inventado pero vive en los barrios donde yo viví.
¿Cuáles son esos barrios?
Capurro -uno de los más queridos- Malvín, Punta Carretas.
Pero La tregua algo tiene que tocar en la gente.
Es una historia de amor. Creo que no es cursi.
Ahí está aquel diálogo de Avellaneda con Santomé donde ella le cuenta qué entiende la madre por felicidad. Esa idea menos ambiciosa, más modesta de lo que es la felicidad es posible que sirva a mucha gente.
Algo así habrá. No sabés cuántas veces la han dado en radio, cine, teatro, televisión. A veces bien hecha, a veces mal. En Colombia, por ejemplo, hicieron una versión desastrosa. Metieron complicaciones con el narcotráfico. Yo sólo les había exigido que la ubicaran en Uruguay. Nunca imaginé que saldrían con algo así. La tregua me conquistó un público de afuera. Cuando la hicieron en televisión con Héctor Alterio y Ana María Picchio fue fantástico. A mí me gustó más esta versión que la hecha en cine.
¿Por qué te gustó menos la hecha en cine?
Porque trasladaron la acción a Buenos Aires, además de cambiarle la época.
Transcurre en pleno peronismo.
Lo que pusieron de cosa política no es mucho, pero ¿para qué? Yo estuve algo distanciado de Renán por ese motivo. Después, cuando se propuso hacer Gracias por el fuego me llevó a España el libreto. Le hice varias observaciones que aceptó. Pero los productores exigieron, al final, unas carcajadas totalmente ridículas que él tuvo que aceptar y nos disgustaron a los dos: a él y a mí.
Estoy segura de que, como siempre, tenés algo en prensa.
Justamente, un libro de poemas, El mundo que respiro, un libro de un señor de 80 años.
Que trabaja como un señor de 40.
Sí, trabajo mucho.
¿Un libro un poco amargo?
No, más existencial, donde la muerte está más presente, menos político. También estoy preparando un libro de cuentos que tal vez termine para fin de año. Son cuentos breves.
Quizá en eso de la brevedad te influya tu trabajo con los haikus.
Puede ser. Tú no sabés cómo me divertí haciendo ese libro. Cien haikus quedaron afuera.
Ahora que han pasado muchos años de tu vuelta, ¿cómo ves el exilio?
Yo estuve en cuatro países. Cuando uno no elige irse, el irse tiene cosas muy malas. Pero también cosas interesantes. Otras historias, otra cultura, a veces otra lengua. Creo que uno madura de otra manera. Yo seguí escribiendo sobre montevideanos, esta vez exiliados, y como siempre de clase media. Esta es una limitación que no he trascendido. Todavía.

Estados de ánimo Mario Benedetti:

Estados de ánimo

A veces me siento
como un águila en el aire.

Unas veces me siento
como pobre colina
y otras como montaña
de cumbres repetidas.

Unas veces me siento
como un acantilado
y en otras como un cielo
azul pero lejano.

A veces uno es
manantial entre rocas
y otras veces un árbol
con las últimas hojas.
Pero hoy me siento apenas
como laguna insomne
con un embarcadero
ya sin embarcaciones
una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiando en que una tarde
te acerques y te mires,
te mires al mirarme.

Mario Benedetti

Biografia
Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia (Paso de los Toros, 14 de septiembre de 1920 - Montevideo, 17 de mayo de 2009), más conocido como Mario Benedetti, fue un escritor y poeta uruguayo integrante de la Generación del 45, a la que pertenecen también Idea Vilariño y Juan Carlos Onetti, entre otros. Su prolífica producción literaria incluyó más de 80 libros, algunos de los cuales fueron traducidos a más de 20 idiomas.


POESÍAS:

Chau número tres

Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres.
Sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro.
Te dejo frente al mar
descifrándote sola
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota.
Te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía.
Pero tampoco creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas
este falso abandono.
Estaré donde menos
lo esperes
por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos.
Estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra.
Estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen.
Y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote.


Corazón coraza
Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza
porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro
porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

viernes, 8 de mayo de 2009

Ausias March

Hijo del también caballero y poeta Pere March, nació en Gandía alrededor de 1397 (aunque algunas versiones sostienen que nació en Beniarjó, pueblo cercano a Gandía). De joven participó en las expediciones que el rey Alfonso V el Magnánimo realizó por el Mediterráneo.
Fue Señor de Beniarjó, Pardines y Vernissa, y halconero mayor de Alfonso V el Magnánimo. Fue armado caballero en 1419. Participó en la expedición de Alfonso V a Córcega y Cerdeña, y en otras expediciones contra los piratas del Mediterráneo. En 1425 se retiró a sus posesiones valencianas, instalándose en Gandía en 1428. De notar es en este período su relación personal y literaria con el príncipe Carlos de Viana, heredero al trono de Navarra.

Tumba de Ausiàs March en la Catedral de Santa María de Valencia
A partir de los veintisiete años ya no saldría de su tierra; primero en Gandía, donde administraba sus propiedades; y después en Valencia, donde tuvo una vida muy movida y desordenada. Comienza a escribir en 1430. Tres años más tarde, el infante Juan, Duque de Gandía, confirma sus privilegios como señor feudal.
En 1437, a los cuarenta años se casó con Isabel Martorell, hermana de Joanot Martorell, autor de Tirant lo Blanch. Dos años más tarde Isabel muere y Ausiàs March contrae segundas nupcias con Joana Escorna, quien murió en 1443. A pesar de carecer de hijos legítimos en sus matrimonios se sabe de la existencia de amantes y 4 hijos naturales.
Ausiàs March murió el 3 de marzo del año 1459 en Valencia, dejando cinco hijos bastardos pero ninguno legítimo. Fue enterrado en la catedral de Valencia, donde aún puede verse su losa sepulcral, cerca de la Porta de la Almoyna.

jueves, 7 de mayo de 2009

Biografía Gloria Fuertes

Gloria nació en Lavapiés, en la época un modesto barrio del Madrid antiguo. Su madre era costurera y sirvienta; su padre, bedel. Poco se sabe de su vida familiar, a lo que ha contribuido que la escritora siempre guardara celosamente su intimidad.
Asistió al Instituto de Educación Profesional de la Mujer, pero sus aficiones eran muy diferentes a las propias de las mujeres de su época. Su interés por las letras comenzó a la temprana edad de cinco años, cuando ya escribía y dibujaba sus propios cuentos. Empezó a escribir versos a los catorce años, a los quince los leía en Radio España de Madrid y a los diecisiete dio forma a su primer libro de poemas, Isla ignorada, que sería publicado en 1950. Se ha especulado sobre su homosexualidad, que aparecería sutilmente declarada en poemas como «Lo que me enerva», «Me siento abierta a todo», «A Jenny», etc.
Aunque ella siempre se definió como «autodidacta y poéticamente desescolarizada», su nombre ha quedado ligado a dos movimientos literarios: la generación del 50 y el postismo, grupo literario de posguerra al que se unió a finales de los 40 y del que formaban parte Carlos Edmundo de Ory, Eduardo Chicharro y Silvano Sernesi, y en el que también colaboraron Ángel Crespo y Francisco Nieva.
Del Postismo quedó para siempre en Gloria Fuertes una actitud poética desmitificadora por vía del humor; el humor en Gloria Fuertes es una forma crítica de deconstruir la realidad y descubrir la verdad de las cosas. La Guerra Civil dejó una profunda huella en ella. El antibelicismo y la protesta contra lo absurdo de la civilización están presentes en su poesía de forma categórica. Como ella misma declaró, «sin la tragedia de la guerra quizá nunca hubiera escrito poesía».
Como secuela de su experiencia bélica, la obra de Gloria Fuertes se caracteriza por la ironía con la que trata cuestiones tan universales como el amor, el dolor, la muerte o la soledad. Todo ello aderezado con curiosas metáforas y juegos lingüísticos llenos de encanto, frescura y sencillez, que dotan a sus poemas de una gran musicalidad y cadencia cercana al lenguaje oral.
Entre 1940 y 1953 comenzó a colaborar en revistas infantiles, Pelayos, Chicos, chicas y chiquitito, Maravillas y el suplemento infantil del diario Arriba, para el que publicó las historietas de Coletas y Pelines, una niña de nueve años y un niño de seis respectivamente, que alcanzaron una gran popularidad entre los lectores infantiles.
Paralelamente a su dedicación a la literatura infantil en las revistas, obras teatrales y poemas escenificados, fundó en 1947, junto con María Dolores de Pueblos y Adelaida Lasantas el grupo «Versos con faldas» que organizaba recitales y lecturas de poesía por bares y cafés madrileños, colaboraba en revistas para adultos como Rumbos, Poesía española y El pájaro de paja y creó y dirigió la revista poética Arquero entre 1950–1954, junto a Antonio Gala, Julio Mariscal y Rafael Mir.
De 1955 a 1960 estudió biblioteconomía e inglés en el Internacional Institute. En 1961 obtuvo la beca Fullbright en Estados Unidos para impartir clases de Literatura española en la Universidad de Bucknell, además de recibir en 1972 la Beca de la Fundación Juan March de Literatura Infantil.
A mediados de los años 70 colabora activamente en diversos programas infantiles de TVE, siendo Un globo, dos globos, tres globos y La cometa blanca los que la convierten definitivamente en la poeta de los niños. Recibiendo en cinco ocasiones el Aro de Plata de este medio informativo. A partir de estos años la actividad de Gloria Fuertes es imparable: lecturas, recitales, homenajes... siempre cerca de los niños; publicando continuamente, tanto poesía infantil como de adultos. Su fama es tal que cómicos como Martes y 13 parodian su figura en programas de humor.
Fallece el 27 de noviembre de 1998, víctima de un cáncer de pulmón, en Madrid.

Lírica

Se llama género lírico porque en la antigua Grecia este género se cantaba, y era acompañado por un instrumento llamado lira. Su forma habitual es el verso y la primera persona. El presente, pasado y futuro se confunden. Comunica las más íntimas vivencias del hombre, lo subjetivo, los estados anímicos y los estados amorosos.
En su concepto más vasto comprende además de la oda, la canción, la balada, la elegía, el soneto e incluso las piezas de teatro destinadas a ser cantadas, como las óperas y dramas líricos. En lenguaje usual, sin embargo, designa casi exclusivamente la oda que, según las formas que reviste toma los nombres de ditirambo, himno, cantata, cántico, etc. El género lírico no tiene metro ni ritmo propios sino que el poeta acude a todos aquellos que le parecen más oportunos para expresar mejor sus sentimientos.

jueves, 2 de abril de 2009

Louise May Alcott


Louise May Alcott (Germantown, Pensilvania, 29 de noviembre de 1832 - Boston, 6 de marzo de 1888) fue una escritora estadounidense, reconocida por su famosa novela Mujercitas (1868).
Fue la hija del trascendentalista Amos Bronson Alcott y Abigail May. Creció y vivió en Nueva Inglaterra. A temprana edad comenzó a trabajar esporádicamente como maestro, costurera, institutriz y escritora; su primer libro fue Flower Fables (1855), cuentos originalmente escritos para Ellen Emerson, hija de Ralph Waldo Emerson.
Su educación en los primeros años incluyó lecciones del naturalista Henry David Thoreau, pero principalmente estuvo en manos de su padre. Durante su adolescencia y principios de la edad adulta, Alcott compartió la pobreza y los ideales trascendentalistas de su familia. Posteriormente esta fase de su vida fue descrita en el relato «Transcendental Wild Oats», reimpreso en el volumen Silver Pitchers (1876), que narra las experiencias de su familia durante un experimento utopiano de «pleno vivir y elevado pensar» en «Fruitlands», en la ciudad de Harvard, Massachusetts en 1843.
En 1860 comenzó a escribir para la revista Atlantic Monthly, y fue enfermera en el Hospital de la Unión de Georgetown, D.C., durante seis semanas entre 1862 y 1863. Sus cartas a casa, revisadas y publicadas en el Commonwealth, y recopiladas como Hospital Sketches (Escenas de la vida de un hospital) (1863, republicada con adiciones en 1869), demostraron un agudo poder de observación y crónica, además de una sana dosis de humor retrospectivo, ganándose su primer reconocimiento crítico. Su novela Moods (Estados de ánimo) (1864) también fue considerada prometedora.
Una parte menos conocida de su obra son las apasionadas y fogosas novelas y cuentos que escribió, usualmente bajo el seudónimo A. M. Barnard. Trabajos tales como A Long Fatal Love Chase y Pauline's Passion and Punishment son el tipo de novelas al que se refiere en Mujercitas como «peligrosas para pequeñas mentes» y fueron conocidas en la era Victoriana como «relatos melodramáticos» o «potboilers». Sus protagonistas son obstinados e implacables en la búsqueda de sus objetivos, que a menudo involucran venganza en aquellos que los han humillado o frustrado. Estos trabajos de excelente escritura con un punto de vista poco común alcanzaron inmediatamente el éxito comercial y aún son de frecuente lectura.
También produjo saludables y morales historias para niños, y con las excepciones del cuento semiautobiográfico Work (Trabajo) (1873) y la novela corta anónima A Modern Mephistopheles (Un Mefistófeles moderno) (1877), el cual produjo la sospecha de haber sido escrito por Julian Hawthorne, no retornó nunca a crear trabajos para adultos.
Su abrumante éxito data de la aparición de la primera parte de Little Women: or Meg, Jo, Beth and Amy (Mujercitas) (1868), relato semiautobiográfico de su niñez junto a sus hermanas en Concord, Massachusetts, lleno de un humor perenne, frescura, realismo, pero sobre todo de un bello romanticismo ligado a la naturaleza y a los valores tradicionales y del hogar. Little Men (Hombrecitos) (1871) trata de manera similar el carácter y la forma de ser de sus sobrinos que vivían en Orchard House en Concord, Massachusetts. Jo's Boys (Los muchachos de Jo) (1886) completó la «saga de la familia March». La mayoría de sus volúmenes posteriores, An Old-Fashioned Girl (Una chica a la antigua) (1870), Aunt Jo's Scrap Bag (La bolsa de retazos de la tía Jo) (6 vols., 1871-1879), Rose in Bloom (Rosa floreciendo) (1876), y otros, siguieron la línea de Mujercitas, de la cual el numeroso y leal público de la autora nunca se cansó, si bien sus obras posteriores tienen un carácter más moralizante.
Su labor natural de amor, su amplia generosidad, su veloz percepción y su cariño para compartir con sus lectores el alegre humor que radiaba de su personalidad y sus libros la llevó a continuar con sus historias a pesar de que su salud empeoraba. Al final sucumbió a las secuelas del envenenamiento por mercurio contraído durante su servicio en la Guerra Civil. Murió en Boston el 6 de marzo de 1888, el mismo día que su padre era enterrado. Es recordada por la intención moralizante de sus obras, la pza y el sereno humor que emana de ellas, su vivacidad y su romanticismo. Su obra más conocida, "Mujercitas" ha sido llevada al cine en una hermosa película dirigida por Mervin LeRoy y protagonizada por June Allyson,Margaret O'Brien y Elizabeth Taylor.

jueves, 5 de marzo de 2009

Arthur Conan Doyle

Arthur Conan Doyle nació el 22 de mayo de 1859 en Edimburgo, Escocia, hijo del inglés Charles Altamont Doyle, y de la irlandesa Mary Foley. A los ocho años de edad, fue enviado a la escuela Romana Católica. Luego fue a la universidad Stonyhurst, pero dejó sus estudios al poco tiempo, en 1875. Para esa época, a pesar de su formación, abandonó el cristianismo y se convirtió en agnóstico.
Desde 1876 hasta 1881 estudió medicina en la Universidad de Edimburgo. Mientras tanto, dedicaba parte de su tiempo a escribir historias cortas; su primera publicación fue en el diario Chambers y Luink, antes de que él cumpliera 20 años. Para ese año, se recibió como médico naval, aunque recibió su doctorado cuatro años después. En junio de 1882, se mudó a Portsmouth. Estando ahí, instaló una clínica. Al principio no le fue muy bien con ella, por lo que en su tiempo libre comenzó a escribir historias nuevamente. Su primer trabajo resaltado fue "Un Estudio en Escarlata", en donde aparecía por primera vez Sherlock Holmes, personaje basado en un profesor de la universidad de ingeniosa habilidad para el razonamiento deductivo.
Mientras vivió en Portsmouth también jugó al rugby profesionalmente, en Portsmouth Association Football Club. Doyle jugó 10 partidos en total, entre 1900 y 1907. Su máxima anotación fue de 43, contra London County. Fue, también, el primer portero en la historia del equipo de fútbol de la ciudad, equipo conocido con el diminutivo de "Pompey".
En 1885, se casó con Louisa (o Louise) Hawkins, conocida como "Touie", quien sufrió de tuberculosis y murió el 4 de julio de 1906. Con ella tuvo dos hijos, Mary Louise (1889) y Alleyne Kingsley (1892 – 1918). Un año después, contrajo matrimonio con Jean Leckie, una chica a la que había conocido, y de la cuál se había enamorado en 1887, pero que debido a su matrimonio con Louisa no había podido concretar una relación. Con Jean tuvo tres hijos más, Jean Lena Annette, Denis Percy Stewart (1909 – 1955), y Adrian Malcolm.
En 1891, se mudó a Londres para practicar como oftalmólogo. En su biografía, luego aclaró que ningún paciente entró a su clínica. Por lo tanto, esto le dio más tiempo para escribir. En noviembre de ese año, le escribió a su madre que quería "matar a Sherlock Holmes, ya que estaba gastando su mente", a lo que su madre respondió: "la gente no lo va a tomar de buena manera". Entonces, de esta forma, decidió dedicarle más tiempo a cosas más "importantes", como sus novelas históricas.
Para 1900, escribió su libro más largo, La guerra de los Bóers. Ese mismo año, se presentó como candidato para la Unión Liberal; a pesar de que era un candidato muy respetado, no fue elegido.
En el transcurso de los años, se ha hecho famosa su afirmación acerca de un cuento de Robert Louis Stevenson (El Pabellón de los Links), declarando que era la cima misma de la técnica narrativa.

jueves, 19 de febrero de 2009

como describir

Cómo se hace una descripción
Hay que observar con mucha atención y seleccionar los detalles más importantes.
Después de seleccionar los detalles, hay que organizar los datos siguiendo un orden:- De lo general a lo particular o al contrario.- De los primeros planos al fondo o al contrario.- De dentro a fuera o al contrario.- De izquierda a derecha o al revés.
Al describir hay que situar los objetos en el espacio con precisión. Se usarán expresiones como a la derecha, junto a, al fondo, detrás de, en el centro, alrededor...
Cómo se describe un lugar
Al describir un paisaje o un lugar cualquiera, los escritores suelen presentar primero una visión general del lugar. Después van localizando en ese lugar los distintos elementos (los pueblos, los montes, el río...) utilizando palabras que indican situación en el espacio. Procuran transmitir la impresión que produce el lugar: alegría, tristeza, misterio, terror...
La descripción de objetos dirigen la atención del lector hacia detalles importantes y dan verosimilitud al relato.
Para describir un objeto se detallan sus rasgos característicos: forma, tamaño, impresión que produce... Y si el objeto tiene diferentes partes, se enumeran y detallan ordenadamente.
En las descripciones de objetos suelen emplearse términos específicos; por ejemplo, en la descripción de un reloj de pared se usan palabras como caja, esfera, manillas, pesas, péndulo...
Un método para describir objetos consiste en comparar un objeto con otro. Al comparar podemos utilizar dos tipos de rasgos:
Los rasgos diferenciales de cada objeto. Son las características que distinguen a unos objetos de otros.
Los rasgos comunes a las cosas que comparamos. Son las características que hacen que podamos agrupar a los seres en clases.
Para comparar hay que tener en cuenta lo siguiente:
Se deben comparar variables análogas. Al comparar objetos podemos observar el tamaño, la forma, la materia, el precio, la procedencia...
Se deben indicar las semejanzas y las diferencias.
Se deben ordenar la comparación. Primero las semejanzas y después las diferencias o al contrario.
Por cortesía de la pagina: http://roble.pntic.mec.es/msanto1/lengua/1descrip.htm

lunes, 26 de enero de 2009

2º libro de esta evaluación: Nacho Sanchis.



El libro trata sobre una niña adolescente que convive con su mejor amiga. Un día su mejor amiga se encuentra a una antigua amiga suya y se hacen muy amigas. Esto hace que entre entre ellas dos nazcan celos...

lunes, 19 de enero de 2009

Citas de personajes ilustres

1. Mejor es morir como pobre que vivir como miserable.
2. Los estados más corrompidos son los que más leyes tienen.
3. El éxito es la más peligrosa de las drogas .
4. Vale mas ser cobarde un minuto que estar muerto el resto de la vida.
5. Si das pescado a un hombre hambriento lo nutres durante una jornada. Si lo enseñas a pescar, lo nutrirás toda su vida.

jueves, 15 de enero de 2009

Receta

CRÊPES

· 300 g de harina
· 3 huevos
· 600 g de leche
· 6 cucharadas de azúcar
· Una pizca de sal

- Dejar reposar unos 30 minutos.

Elaboración:
En la sartén apenas se esparce muy poco aceite con una servilleta para que la crêpe no se quede pegada a la sartén. Primero se hace un de prueba y se tira, las siguientes ya valen.
Una vez hechas las crêpes puedes añardirles chocolate o nata.

Ramón Gomez de la Serna

Ramón Gómez de la Serna (Madrid, 3 de julio de 1888Buenos Aires, 13 de enero de 1963) fue un escritor vanguardista español, generalmente adscrito a la Generación de 1914 o Novecentismo, e inventor del género literario conocido como greguería.


Hijo de un notable jurista, publicó su primer libro a los diecisiete años y terminó Derecho a los veintiuno, si bien no llegó a ejercer la profesión: el afán literario le absorbió. Empezó su carrera literaria en el periodismo, donde destacó por su carácter original, ejerciendo una rebelión imaginativa y nihilista contra una sociedad anquilosada, burguesa y sin expectativas. Procuró, en la revista Prometeo, que servía a los intereses políticos de su padre, renovar el panorama literario español bebiendo fundamentalmente de la literatura finisecular francesa e inglesa. Estuvo ligado sentimentalmente a la también escritora y periodista Carmen de Burgos, Colombine. Realizó con ella varios viajes por Europa, visitando París —ciudad a la que ya había viajado al acabar el bachillerato—, Londres, Nápoles, Lisboa... Funda —nada más empezar la primera Guerra Mundial— la tertulia de Pombo en un antiguo café y botillería de la calle de Carretas (un célebre cuadro de José Gutiérrez Solana la inmortalizó). Durante años, los sábados por la noche la Sagrada Cripta de Pombo recogió lo más significativo de la intelectualidad europea.
Escritor de personalidad muy acusada y de una vastísima obra, su creación más significada y reconocida es la
greguería, que ejerció una enorme influencia en los creadores de su tiempo y, especialmente, en los poetas de la generación del 27. Él mismo aventuró una definición para entenderla: «humorismo + metáfora = greguería». Un ejemplo: «La Zeta es un siete que oye misa», pero también este otro: «Nuestros gusanos no serán mariposas». Fue importante su papel como vehículo de entrada en España de las vanguardias no sólo —ni fundamentalmente— literarias, a pesar de que ni su persona ni su obra pueden realmente calificarse de vanguardistas. Podemos seguir su obra periodística anterior a la Guerra Civil Española en La Tribuna, El Liberal, El Sol y La Voz. Su obra literaria se encuentra en casi todas las revistas del momento, desde las minoritarias y efímeras hasta Revista de Occidente, La Gaceta Literaria o Cruz y Raya. Los años veinte son los años del reconocimiento internacional de Ramón, vive en El Ventanal, el chalet que se construyó en Estoril con Carmen de Burgos, en Nápoles y vuelta a Madrid; en París, en Le Cirque d'Hiver da una conferencia subido a lomos de un elefante; en El Circo Americano de Madrid lee su conferencia rollo de papel sentado en un trapecio elevado sobre la pista.
Dueño de sus recursos literarios, se desborda en las conferencias, y cuando habla de los faroles un ciego se le acerca al término de la misma para decirle que gracias a él «ha podido verlos». En otras ocasiones no tiene tanto éxito, como durante el Concurso de Cante Jondo de Granada cuando, uno de sus oyentes, señalándole con una pistola, le comenta al espectador que tenía al lado: «¿Qué?... ¿Le mato ya?» Fue uno de los tres miembros extranjeros de la
Academia Francesa del Humor junto Charles Chaplin y Pitigrilli. Valéry Larbaud introduce la greguería (échantillons) en Francia. Puede criticarse el exceso de su producción greguerística; pero como decía Jorge Guillén (Automoribundia, capítulo LI): «Cierto, a Ramón, en cuanto abre la boca, se le cae una greguería; prueba de que esto constituye, más que un género literario, la manera espontánea y elemental de sucederse la actividad normal e ininterrumpida de su humor».

Pablo Motos (Requena, Valencia, 31 de agosto 1965) es un presentador de televisión, locutor de radio y humorista español.

Recomiendo este libro porque aparte aprender palabras nuevas te ries bastante y creo que a las personas que no les gusta mucho leer les puede animar.

Nacho Sanchis, Libro que me estoy leyendo:


El libro que me estoy leyendo es de un humorista llamado Luis Piedrahita:
Luis Piedrahita Cuesta (La Coruña, 1977) es un humorista, mago, guionista y director español, famoso por sus apariciones en televisión y radio, especialmente apreciado por sus monólogos. Es conocido como " El rey de las cosas pequeñas" ya que hace monólogos criticando el poco respeto que los humanos muestran a los objetos del día a día.
Recomiendo este libro porque es muy bueno para los que les gustan los monologos de humor.